Cuando Monteros Voley comenzó a competir en su primera Serie A-1 de la Liga Argentina, no había un objetivo concreto. Para la joven institución monteriza era un universo nuevo. Lo mejor era ir partido a partido y analizar qué sucedía cada vez que el resultado estaba puesto. A partir de ello, avanzar a la par del mayor crecimiento que se podía planear. Es así que el equipo de Alejandro Grossi llegó a los playoff apenas logró el ascenso. Ahora, cuando se reanude la competencia en un par de meses, eso cambiará.
“Ya nos sentimos en condiciones de ponernos una meta un poco más precisa”, sostuvo la presidenta de Monteros Voley, Rocío Pedraza. “Obviamente, una de las metas claras sería clasificar nuevamente a los playoff”, estableció la directiva la base con la que se encarará la próxima temporada. “Y podríamos agregarle el extra de quedar un poco más arriba en la tabla”, se animó un poco más Pedraza. Haber avanzado hasta la instancia de los ocho mejores en el torneo es quizás más de lo que un equipo que juega por primera vez en la elite del voley puede imaginar. “Será difícil, pero ya lo hicimos una vez y queremos volver a hacerlo”, insistió la presidenta.
Atentamente escuchaba Franco López, el líbero chaqueño que aceptó quedarse hasta el reinicio de la competencia. López forma parte del plantel que competirá en los torneos locales a cargo de Marcos Blanco, que seguirá como asistente de Grossi. El jugador también apuesta a la meta de Pedraza. “Sería bueno que se mantenga el mismo equipo porque eso fortalece a los grupos”, anheló López, una de las bases que considera clave para lograr la meta. “Por lo general los cuatro que llegan a ‘semis’ son equipos que vienen jugando juntos hace años y eso es un plus que en esas instancias ayuda”, analizó. El chaqueño sabe que eso es fundamental porque Monteros Voley lo sintió. “Cuando se armó el equipo, el salto de nivel se notó en la segunda rueda. Jugamos un voley prolijo y sólido. Costó trabajo: tres o cuatro meses para ambientarnos y conocernos”, reconoció.
Ese nivel es el que dejó la esperanza latente en Monteros Voley de que hay materia prima todavía sin desarrollar. Haber puesto a Bolívar, luego subcampeón, en graves problemas durante el cruce de cuartos de final donde llegaron a ganarle un partido, marca la pauta para ir por más. “Por lo general, cuando juega el primero y el octavo, el octavo nunca gana. Nos tocó un cruce que no queríamos, pero lo jugamos de igual a igual. Los dos últimos partidos en Monteros no me los voy a olvidar”, afirmó López sobre aquellas dos noches de marzo en las que perdieron en cinco sets ante el más ganador de títulos, mérito que Bolívar ahora comparte con Upcn Voley de San Juan.
Que el recuerdo de esos partidos sea inolvidable para el chaqueño tiene fundamento también en el ambiente que generó el público. Sucede que el voley argentino recuperó una estupenda plaza en el sur tucumano que, como es habitual, rinde honores a su mote de “Capital del voley tucumano”. “En Monteros ayuda mucho más el tema hinchada porque la gente está más ‘pegada’. Vamos a entrenar y la gente pregunta cuándo juegan, nos desean suerte. Llegamos una hora y media antes del partido y ya hay gente esperando. Eso, en Buenos Aires, no se ve. Iba a jugar y no había gente. Hace mucho que yo no vivía eso”, celebró López, que se instaló con su mujer e hija en la ciudad.
“Ya no somos Monteros Voley: queremos ser Monteros. Creo que lo estamos logrando porque hay muchísima gente que nos siguió durante la liga, del club y que no lo es también”, concluyó Pedraza.